domingo, 8 de enero de 2012

2. Los cautiverios de las mujeres: Un problema de reconocimiento.

Además de reconocer que la prostitución implica una injusticia económica, es importante señalar que la prostitución también está íntimamente relacionada con las construcciones y demandas  socioculturales sobre las mujeres, su cuerpo y el ejercicio de su sexualidad, de manera que también supone un déficit de reconocimiento.

Al respecto, autoras como Lipszyc, resaltan entre las causas culturales que sustentan la prostitución, los imaginarios y prácticas sexuales, pues históricamente, el ejercicio de la sexualidad y del erotismo ha sido objeto de control, ordenamiento y sanción.  De tal modo, se trata de una sexualidad y un erotismo construidos para reproducir una sociedad y una cultura cifradas, jerarquizadas y organizadas por el orden patriarcal a partir de prohibiciones de carácter social. Éstas se han naturalizado y legitimado para permitir el control político, lo cual desemboca en múltiples demandas y exigencias tanto a hombres, como a mujeres; que en su mayoría confieren privilegios masculinos y opresiones a las mujeres y a las minorías homosexuales (Lagarde, 1997).  A pesar de las transformaciones culturales que se han dado, autoras como Osborne, señalan la prevalencia de un modelo cultural en el respecto a la sexualidad, se considera central la satisfacción del deseo sexual masculino, como una demanda que debe ser satisfecha, mientras que las mujeres deben poner su sexualidad en función del placer del otro.

En relación a las trabajadoras del sexo, es importante señalar que culturalmente se ha construido un relato que les confiere el carácter de objeto erótico, por lo que su cuerpo se ve como un fetiche en función del placer masculino, convertido en objeto de consumo que puede ser sometido y mercantilizado.  De manera que las mujeres que ejercen la prostitución pueden ser significadas como cuerpo y sexualidad para otros, pero a la vez criticadas porque con sus prácticas cuestionan la sacralización del cuerpo, del erotismo y de la sexualidad.

Es aquí donde aparece la estigmatización de las trabajadoras del sexo como una “defensa social” frente a los sujetos que rompen y cuestionan las normas morales, sexuales y eróticas por medio de las cuales se definen los marcos de lo bueno, lo malo, lo puro, lo contaminado, lo apropiado, lo peligroso, el pecado, y finalmente, lo que merece ser castigado, perseguido, cuestionado, invisibilizado y rechazado públicamente. Esta estigmatización es muy preocupante, pues tiene como consecuencia la invisibilidad de las mujeres, así como su marginación social, persecución y el ejercicio de múltiples violencias que han llegado inclusive al asesinato y la tortura (Al respecto el colectivo Hetaria ha denunciado el sistemático asesinato de trabajadoras del sexo en España) .


Video "La hipocresía del deseo"
Documental que muestra y denuncia la contradicción de una sociedad que por una parte promueve el consumo sexual, y por otra parte, victimiza, criminaliza e invisibiliza a las trabajadoras sexuales de la calle.






3 comentarios:

  1. Felicidades por el blog!! Tan interesante como tanto más necesario: la repetitiva y continuada reproducción de prejuicios alrededor de cada vez mayor número de colectivos es a la vez causa y síntoma de las numerosas contradicciones del sistema socio-político y cultural predominante. Al respecto de los dos conceptos que han abordado hasta ahora, "redistribución" y "reconocimiento", me gustaría hacerles una consulta-comentario.
    ¿Qué perspectivas de superación de las desigualdades quedan cuando el grupo-clase dirigente (poderosa, adinerada, como se quiera llamar), ante el aumento de las desigualdades que justamente provoca y necesita, decide proponer (como tendencia social) una proliferación de nuevas identidades que, si bien necesarias para describir la diversidad de circunstancias particulares, al mismo tiempo divide al conjunto social? Lo digo porque parece ser, en estas sociedades modernas-posmodernas (o premodernas en tantos aspectos), que justamente la multiplicación de identidades (y su progresivo o no reconocimiento) separa más que une. Y como seres humanos tan limitados que nos hacen socialmente, tendemos a dividir la realidad para supuestamente "comprender" mejor, pero realmente seguimos levantando cada vez más muros (otra parajoda de la posmodernidad globalizada).
    Muchas gracias por su trabajo y dedicación, y toda la fuerza para seguir construyendo alternativas entre todas y todos!

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  2. Y que opinan ustedes de la siguiente noticia:
    http://www.publico.es/culturas/419789/la-penalizacion-de-la-prostitucion-no-funciona

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  3. " 'Yo soy feo', nos decía un amigo; '¿qué haré si nadie me quiere?'. La pregunta mueve a risa, pero también nos deja entrever verdaderas tragedias.

    Otro, preocupado por el mismo problema, decía: 'Hoy, si no encuentro amor, lo compro, aunque tenga que economizar mi pan. ¿Qué haré cuando no haya mujeres que se vendan? La pregunta es horrible, porque muestra el deseo de que haya seres humanos obligados a prostituirse por el hambre, y sin embargo ¡es tan cruda y terriblemente humana!"

    Errico Malatesta... ;)

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