viernes, 6 de enero de 2012

4. El reconocimiento como alternativa.

Existen diversas posturas en torno a la prostitución, presentaremos principalmente dos posturas: la abolicionista y la reglamentarista. Ambas coinciden en la necesidad de apoyar a las mujeres que estén forzadas a ejercer la prostitución y desarticular las mafias existentes.

Las abolicionistas buscan “Garantizar la integridad de las mujeres que superviven en la prostitución ofreciendo medidas de protección y de integración social”. Con lo cual pretenden deslegitimar y eliminar el consumo sexual de las mujeres a partir de la desarticulación de la industria del sexo y del proxenetismo. Por lo tanto, apuestan por desmontar y cuestionar las prácticas de los “clientes” a quienes consideran prostituidores y responsables invisibles de la prostitución. Ha sido una postura ampliamente apoyada por el feminismo, sin embargo ha sido cuestionada por perspectivas como la reglamentarista que ha planteado las dificultades para eliminar la práctica de la prostitución, ha visibilizado que este oficio puede ser una opción laboral legitima para algunas mujeres y ha denunciado que las medidas que intentan abolir la prostitución, tiene graves consecuencias para las trabajadoras sexuales, promoviendo mayor ilegalidad y empeorando su situación.

Desde el reglamentarismo, es necesario atender a las necesidades y demandas de las trabajadoras sexuales, por lo que la prostitución debe ser comprendida como una opción laboral legitima que debe ser reglamentada para que se ejerza en condiciones de legalidad y dignidad para las mujeres.  La apuesta es por el reconocimiento de las trabajadoras sexuales como sujetos de derechos y trabajadoras sexuales a las que les deben ser reconocidos y reivindicados sus derechos laborales. Al respecto Garaizábal  afirma “ nuestra alternativa pasa por descriminalizar la prostitución regulando las relaciones comerciales cuando implican a terceros, y reconocerles sus derechos como trabajadoras. Siendo fundamental que cualquier política que se desarrolle en este terreno cuente con la voz de las propias prostitutas”. Con lo cual se está reivindicando que las trabajadoras sexuales puedan participar en procesos organizativos en los que construyan vínculos y solidaridades para buscar la transformación sociocultural de los imaginarios que las estigmatiza y de las practicas que las vulneran. Estos procesos organizativos reivindican la autonomía y la autodeterminación de las trabajadoras sexuales, promueven miradas críticas frente a la exclusión y la estigmatización como factores que profundizan la situacion de las mujeres, para dar paso a la manifestación de nuevas identidades y ciudadanías, incluyendo así, formas alternativas de percibir el cuerpo, la diversidad sexual, el género entre otras. 


Manifestación en Madrid por la legitimidad de la actividad de las prostitutas.
"Alrededor de un centenar de personas, la mayoría de ellas prostitutas, se han manifestado en Montera, una calle en la que habitualmente ejercen esta actividad, hasta la Puerta del Sol".



"Lo interesante en el caso de Francia es que el foco se pone en los hombres. No solamente como clientes, sino también como víctimas de valores culturales que durante siglos les han metido a punta de clichés; argumentando que son incapaces de establecer vínculos de intimidad, de controlar y gozar su sexualidad sin ejercer violencia o cosificar a otra persona para poder tener un encuentro erótico".



1 comentario:

  1. Felicidades por el blog esta muy bien.
    En mi opinión el reglamentarismo es la única solución viable,prohibir la prostitucion no va a hacer que desaparezca,las drogas llevan prohibidas mucho tiempo y no han desaparecido por ello.Regularizarlo como un empleo daria uun marco de protección legal a las trabajadoras sexuales no se verian explotadas por un "chulo" que se lleva gran parte de sus ganancias a cambio de una proteccion que en la muchos de los casos es inexistente.

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